El blog de tevé de Juliana Rodriguez, todos los miércoles en Cualquiera.


lunes, 19 de diciembre de 2011

Homeland: Jugando al desconfío

Por Juliana Rodriguez 

Homeland es una de esas series que si no te recomiendan, probablemente ni te molestes en ver. Es una de esas ficciones que, después de ver el primer capítulo, si nadie te insiste en que continúes, probablemente no seguirías. A veces, hay que escuchar los consejos. Porque si le das tiempo y le dedicás paciencia, desenredás el thriller que te cuentan con tono austero. 

Claire Danes es Carrie, investigadora de la CIA asignada a tareas antiterroristas. Es joven, soltera y tan adicta al trabajo como a las pastillas. Detrás de esa adicción, hay una bipolaridad que se asoma. Damian Lewis es Nicholas Brody, un marine de EE.UU. que fue prisionero durante ocho años de Al Qaeda y que acaba de regresar a su hogar, después de que todos (incluso su familia) lo dieran por muerto. Pero Carrie cree que en ese lapso, Brody se convirtió al islamismo y es un espía de Al Qaeda, que regresa para perpetrar un atentado. 

La historia sigue a estos dos personajes, y la clave del guión es que el espectador nunca tendrá demasiada información. El público, como Carrie, pasará de la desconfianza, a la credibilidad, a la paranoia. Relatada con parsimonia, la serie cuenta con dos excelentes actores y secretos develados a la velocidad de un reloj de arena. ¿Ella está en lo cierto? ¿Es una paranoica? ¿Él es un espía o sólo un soldado torturado? Esas preguntas son las que despiertan el mecanismo de ver un capítulo tras otro. Son 12. Y se degluten como azúcar. Hay que verla. Eso sí, estando muy despierto.


Acá va el trailer:




Por el momento, sólo podemos verla en la web.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Como los Ingalls, pero con dinosaurios


Por Juliana Rodríguez | Tevé

Así, como los Ingalls pero con dinosaurios alrededor de la casa en la pradera, esa es la mejor definición de Terra Nova, la nueva serie que viene (como Falling Skies) con el sello de marca de Spielberg, productor detrás de este mega proyecto de costos millonarios. 
La historia, brevemente: en un futuro sórdido en el que la humanidad corre riesgo, algunos pocos elegidos pueden hacer el viaje a una tierra prometida. Pero el viaje no es a otro lugar sino a otro tiempo, al de los dinosaurios. Hacia allá parte la familia del policía Jim Shannon, integrada por él, su mujer médica y sus tres hijos, dos adolescentes (que parecen tener casi la misma edad que sus demasiado jóvenes padres) y una niña. Como si hubieran aprovechado el set de Jurassic Park, la serie tiene una apuesta fuerte a los efectos especiales, los dinosaurios de todos los colores, y los paisajes, impecables. También a la acción. Pero la historia principal es la humana, la de la “familia unita”, que se acostumbra de a poco a la nueva comunidad prehistórica, rodeados de otros exiliados del futuro como ellos.



La idea de Terra Nova es buena pero falla: en la abundancia de clichés, en la pacatería de la historia, en el sentimentalismo edulcorado de su trama. Van cinco capítulos y aún quedas misterios por revelar. Quizá en ellos esté la salvación de esta serie que, hasta ahora, no sorprende a nadie. Igual, para que el queira darle una oportunidad, la dan los lunes, a las 22, por Fox.


Los Borgia: Maquiavélicos


Por Juliana Rodríguez | Tevé


Difícil jugarse a realizar una serie de ficción en la que ninguno (nin-gu-no) de los protagonistas sea un personaje con el que el espectador pueda tener cierta empatía. Pero Neil Jordan lo hizo. El director de El juego de las lágrimas se lanzó al vacío y creó Los Borgia. Para retratar una de las familias más poderosas del Renacimiento no se anduvo con pequeñeces y convocó a Jeremy Irons para el papel de Rodrigo Borgia. 


La serie cuenta la historia desde que Rodrigo se convirtió en el Papa Alejandro VI. Combina una dirección de arte preciosita que hace que las imágenes parezcan un cuadro de Caravaggio, con un guión y registro actoral contemporáneos, para darle dinamismo a dos relatos: el de poder, corrupción e intrigas, y el de las historias de alcoba y las pasiones escondidas. En esa época, ambas esferas se cruzaban y el director muestra cómo lo que sucedía entre las sábanas repercutía en política. Así, sin medias tintas, la serie narra con intriga policial cuán lejos iba este clan para conservar y engrandecer su poder. Hay realismo pero no imágenes cruentas, como otros relatos de época, y una atención al detalle y a conservar la intriga del espectador que se agradecen. Irons vuelve a hacer un papel tan delicioso como el de Mi secreto me condena, y el elenco no se queda atrás: Francois Arnaud (César Borgia) es más lindo que talentoso, pero sostiene su papel en alto, aunque Holliday Granger nos deja con sabor a poco con su interpretación tibia de Lucrecia Borgia. Aun así, Los Borgia es una excelente propuesta de fin de semana. 
La dan los domingos, a las 22, por Isat.

sábado, 27 de agosto de 2011

Sangre para todos



Por Juliana Rodriguez 

A tono con la moda de series históricas, se estrenó hace unos días Spartacus: sangre y arena, la serie sobre el gladiador tracio que transcurre en Roma. Creada por Steven S. DeKnight (Smallville y Ángel) y producida entre otros por Sam Reimi (El Hombre araña), la serie narra la historia del célebre Espartaco, el guerrero tracio que es reclutado por los romanos y traicionado por ellos, esclavizado, vendido como un gladiador a las huestes del entrenador de luchadores, Batiatus, contra quien finalmente se rebela. 
La serie forma fila y a la vez toma distancia de otras ficciones históricas como Roma Los Borgia y también sigue el camino de películas como Gladiador y Troya. Porque cada capítulo de Spartacus es una producción de sangre, sudor y lágrimas. Sobre todo, sangre: escenas de batallas y luchas cuerpo a cuerpo, hay primeros planos de carne lacerada, miembros amputados y la misma técnica de "rocío de sangre" del filme 300. Y las escenas se terminan, siempre, con un fundido en rojo. En medio de todo, el sexo. Como Game of thrones, Spartacus promete tantas cuotas de sangre como de sexo en cada episodio, en escenas que se presentan con la misma crudeza de épocas antiguas. Andy Whitfield es el actor australiano musculoso y viril que da con el perfil, aunque no podrá seguir en la segunda temporada de la serie porque le diagnosticaron cáncer. 
Miércoles, a las 23, por el canal FX.

jueves, 14 de julio de 2011

Skins: bajo la superficie


Por Juliana Rodríguez 

La primera pregunta que se te puede ocurrir es por qué esta serie se llama "skins". La traducción fácil es “pieles”, pero skin es también el nombre de los papeles para armar tabaco y otras yerbas. De una u otra manera, el nombre alude a lo que cubre, lo que envuelve, lo que protege. Pero la serie va a lo que hay debajo de eso, a la carne, lo frágil. 

Skins es una serie inglesa en la que cada temporada narra las vidas de distintos grupos de adolescentes, en una ciudad pequeña que los aburre (Bristol) y en la que transcurren sus vidas y problemas. Los “problemas” estigmatizados están ahí: las drogas, la soledad, la anorexia, los prejuicios, la sexualidad, el amor. En algunos capítulos, tratados con sensibilidad; en otros, con demasiada voluntad de transgredir lo ya transgredido mil veces. En un sendero similar al de otras series británicas como Misfits, Shamless o Sugar Rush, Skins intenta decir algo más o desde más adentro, algo, una idea o una mueca de cómo se vive a los 16 en la Inglaterra de hoy. 

En las primeras dos temporadas hay un elenco interesante y entre las caras conocidas se destacan Nicholas Hoult (Un gran chico) y Dev Patel (Slumdog Millionaire) aunque ya con una barba que sorprende al espectador que los eternizó como niños. Sin embargo, la virtud del programa es que no tiene protagónicos: cada episodio focaliza en uno de los personajes, y los elencos cambian conforme los actores crecen. Las primeras temporadas son buenas, aunque seguir las cinco puede ser agotador. 

Hubo un intento fallido de versión en MTV de EE.UU. pero no prosperó (lo sabemos, el papel carbónico no funciona en TV). Actualmente, no está en ningún canal de cable, pero se puede seguir por Internet y hay una buena página de los fans argentinos con indicaciones para ver cada capítulo en: http://www.skinsfans.com.ar.

jueves, 30 de junio de 2011

Misfits: súper anti héroes de los suburbios

Por Juliana Rodríguez 

Era una de las deudas pendientes del año pasado, y hacemos bien en saldarla. Misfits (podría traducirse como “inadaptados”) es una de esas series que sólo los ingleses pueden lograr: tiene humor, realismo, ciencia ficción, drama y personajes para saborear. Los británicos, además, siguen haciendo bien algo que los estadounidenses no han logrado: comedias que narran la vida de las clases obreras, con naturalismo y a la vez con toda la incorrección necesaria (como Sugar Rush, Shameless, Beautiful people). 

La historia de Misfits: cinco chicos son condenados a trabajos comunitarios por mala conducta. Juntos son afectados por un rayo que cae en Londres y que le dejará a cada uno extraños poderes: el antisocial se vuelve invisible; el atleta anticipa el futuro; la marginal lee las mentes; la seductora se vuelve literalmente irresistible. Si Glee es el lado B de Higschool Musical, Misfits lo es de Héroes, nada menos heroico que un grupo de adolescentes de los suburbios, delincuentes, ebrios, drogones y pendencieros. La serie tiene un tono justo, humor en buenas dosis y giros de la trama que van del policial, al fantástico o a la comedia. Cosas imperdibles: los actores (llegarán lejos), la música (gran banda de sonido) y la duración (son capítulos de 45 minutos pero de temporada corta, la primera de sólo seis episodios). Lo mejor: ya está disponible la segunda. Y habrá tercera.

Falling Skies: Spielberg soft

Por Juliana Rodríguez 

Valga una aclaración: casi todos los productos presentados como “de la mano de Spielberg” implican su apoyo, producción o supervisión. Es el caso de Falling Skies, la nueva serie que produce (no dirige) el gran Steven. Hasta el momento hubo tres capítulos que apenas alcanzan a mostrar de qué va esta nueva serie de ciencia ficción. El planeta fue ocupado por aliens invasores: matan a los adultos y secuestran a niños y jóvenes (a los que dominan injertándoles una especie de cola de reptil en sus columnas). En ese contexto, los sobrevivientes se organizan en una resistencia, formada por civiles y soldados. Hay gran factura de escenas de acción y buenas imágenes de ese mundo en decadencia, guiños a La guerra de los mundos y a Battlestar galáctica, tanto como a El eternauta. Pero, hasta ahora, la propuesta no rompe ningún molde. 
El actor Noah Wyle (el doctor Carter en ER) es Tom Mason, un profesor de historia que usa lo que sabe de estrategia bélica para liderar el grupo que enfrenta a los aliens. Con él están dos de sus hijos, que se integran al equipo de sobrevivientes, comunidad en la que se desarrollan todas las relaciones de la serie. Pero, insistimos, hasta ahora, no tiene nada que no haya contado antes y mejor The Walking Dead (con zombies en lugar de extraterrestres). Habrá que darle una oportunidad. O desterrarla del planeta de series favoritas.