Por Jualiana Rodríguez
Nos quedó pendiente comentar uno de los mejores estrenos de 2010, esta serie sobre zombies que, para quienes no somos fans de Gerge Romero, tiene un título y adelantos que pueden no resultar atractivos. Pero la serie, al final, sí lo es. Básicamente, porque el acento no está puesto en el clásico argumento de película de muertos vivos, sino en la resistencia humana al ataque.
La humanidad entera parece haberse contagiado de un extraño virus que convierte en zombies a todos. Pero algunos logran escapar, se reúnen y tratan de sobrevivir, siempre ilusionados con la idea de que en algún lugar de la tierra hay un refugio no contaminado.
El argumento es clásico de la ciencia ficción, la tierra prometida en la era del apocalipsis. En ese panorama, un hombre (Andrew Lincoln) que busca a su esposa e hijo (Sarah Wyne Collins, de Prision Break) es el clásico héroe inesperado.
Si el guión pone el acento en la resistencia de los humanos y la fuerza heroica del protagonista, las escenas de acción y suspenso hacen el resto: cada capítulo se estructura con la fuerza del folletín, queda picando a espera del siguiente. Ese es uno de los puntos más altos de The Walking Dead, altamente recomendable incluso para quienes aborrecemos a los caníbales de cerebros. Lo bueno: la primera temporada son apenas seis episodios, pero impecables. Por canal Fox.
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