El blog de tevé de Juliana Rodriguez, todos los miércoles en Cualquiera.


jueves, 30 de junio de 2011

Misfits: súper anti héroes de los suburbios

Por Juliana Rodríguez 

Era una de las deudas pendientes del año pasado, y hacemos bien en saldarla. Misfits (podría traducirse como “inadaptados”) es una de esas series que sólo los ingleses pueden lograr: tiene humor, realismo, ciencia ficción, drama y personajes para saborear. Los británicos, además, siguen haciendo bien algo que los estadounidenses no han logrado: comedias que narran la vida de las clases obreras, con naturalismo y a la vez con toda la incorrección necesaria (como Sugar Rush, Shameless, Beautiful people). 

La historia de Misfits: cinco chicos son condenados a trabajos comunitarios por mala conducta. Juntos son afectados por un rayo que cae en Londres y que le dejará a cada uno extraños poderes: el antisocial se vuelve invisible; el atleta anticipa el futuro; la marginal lee las mentes; la seductora se vuelve literalmente irresistible. Si Glee es el lado B de Higschool Musical, Misfits lo es de Héroes, nada menos heroico que un grupo de adolescentes de los suburbios, delincuentes, ebrios, drogones y pendencieros. La serie tiene un tono justo, humor en buenas dosis y giros de la trama que van del policial, al fantástico o a la comedia. Cosas imperdibles: los actores (llegarán lejos), la música (gran banda de sonido) y la duración (son capítulos de 45 minutos pero de temporada corta, la primera de sólo seis episodios). Lo mejor: ya está disponible la segunda. Y habrá tercera.

Falling Skies: Spielberg soft

Por Juliana Rodríguez 

Valga una aclaración: casi todos los productos presentados como “de la mano de Spielberg” implican su apoyo, producción o supervisión. Es el caso de Falling Skies, la nueva serie que produce (no dirige) el gran Steven. Hasta el momento hubo tres capítulos que apenas alcanzan a mostrar de qué va esta nueva serie de ciencia ficción. El planeta fue ocupado por aliens invasores: matan a los adultos y secuestran a niños y jóvenes (a los que dominan injertándoles una especie de cola de reptil en sus columnas). En ese contexto, los sobrevivientes se organizan en una resistencia, formada por civiles y soldados. Hay gran factura de escenas de acción y buenas imágenes de ese mundo en decadencia, guiños a La guerra de los mundos y a Battlestar galáctica, tanto como a El eternauta. Pero, hasta ahora, la propuesta no rompe ningún molde. 
El actor Noah Wyle (el doctor Carter en ER) es Tom Mason, un profesor de historia que usa lo que sabe de estrategia bélica para liderar el grupo que enfrenta a los aliens. Con él están dos de sus hijos, que se integran al equipo de sobrevivientes, comunidad en la que se desarrollan todas las relaciones de la serie. Pero, insistimos, hasta ahora, no tiene nada que no haya contado antes y mejor The Walking Dead (con zombies en lugar de extraterrestres). Habrá que darle una oportunidad. O desterrarla del planeta de series favoritas.

miércoles, 15 de junio de 2011

Men of a certain age

Por Juliana Rodriguez | Tevé

Si Sex & the citiy contaba la vida de mujeres treintañeras solteras, y Amas de casa desesperadas la de cuarentonas en crisis de identidad, Men of a certain age cuenta la historia de ellos, tres hombres maduros y sus rollos. Basada en una idea de Ray Romano (autor y actor de Everybody loves Raymond), esta serie es una combinación extraña de comedia dramática sobre tres amigos que pasan los cincuenta con más de un rollo, para negar eso de que los hombres no temen envejecer. Romano es Joe, recién divorciado, vive en un hotel y debe vérselas con dos obsesiones: las apuestas y mantener una vida hiper sana. Andre Braugher (el psiquiatra Darryl Nolan de Dr. House) es un vendedor de autos que no puede madurar a la sombra de un padre que lo subestima y con la demanda de mantener esposa y tres hijos chicos. El tercero es un regreso insólito. Scott Bakula (¿remember? Era el estereotipo del fachero de los 80, y entre mil películas y series protagonizó Viajeros en el tiempo). Bueno, la cuestión es que Bakula es el solterón que todavía conserva el charme, actor caído en desgracia que no encuentra trabajo estable. 
Pensada para buscar la complicidad del público en la identidad de género y generación, la serie se desarrolla lenta, con sutiles guiños de humor, relatando la vida doméstica de estos tres amigos que se cuentan todo como unas chicas de secundaria. No llega a quitar el sueño, pero tiene por momentos un interesante trato de los climas dramáticos, cierta melancolía agridulce. Para desmentir eso de que los muchachos no lloran.

miércoles, 1 de junio de 2011

Game of thrones

Juliana Rodriguez | Tevé

Es la segunda apuesta intensa de HBO de este año. Los calabozos y dragones siguen estando de moda y la serie continúa por la estela del fantástico medieval, cerca de películas como El señor de los anillos, Thor, Beowulf y otras. El guiño al cine empieza con la elección de Sean Bean como personaje principal (Boromir en las películas de Peter Jackson, Bean es uno de esos actores destinados a historias épicas). 
La historia se desarrolla en Westeros, lugar de ficción, en un tiempo muy, muy lejano. Varias familias nobles se disputan el poder, rodeados de seres mágicos, castillos, complots y batallas. Hay cuotas altas de virilidad, escenas de luchas, espadas, caballeros viriles y damas que esperan ser rescatadas. Todos los ingredientes de la ciencia ficción están ahí. 
La serie está basada en las novelas de George R. R. Martin, con un gran despliegue de superproducción en paisajes como Irlanda, Marruecos y Escocia. 
El riesgo del género mismo es que puede ser creíble, épico y majestuoso, o fácilmente berreta. Y Game of Thrones camina por esa fina línea: imponente por momentos, con aroma a glam rock ochentero por otros. Hay escenas de acción, batallas, suspenso y, para no perder audiencia, sexo en dosis bastante torpes. Son diez capítulos, van tres estrenados y ninguna sorpresa. Habrá que